Me abrazas de nuevo, siento esa piel tan helada y tus labios, sin tacto, tocar mis mejillas. Tu cabello cubre el mío, su carencia de aroma. Me dices que me extrañaste, que ahora estaremos juntos de nuevo. Que el miedo nos mantendrá unidos.
Te sonrio por que hace mucho me perdiste. Te sonrio por que ya no hay miedo y también lo hago por que ya no existes.
Viví huyendo de ti, buscando islas en el mar con el que me rodeaste y encerraste durante tanto tiempo. Vivi de tierra a tierra, a islas de amores fugases y continentes de otros duraderos, pero siempre huyendo.
Hoy estoy aquí de nuevo junto a tu helado cuerpo. Pero soledad, tu no existes, por que ahora donde quiera que vaya estoy conmigo. Quien quiera que me mire me ve caminando a mi lado.
El mar de ti se ha secado y ahora la tierra es basta y pura. Tú desapareciste ya y no recuerdo más la gélida sensación de ti. Mis letras y yo formaran un nuevo mar. Ya sin ti, mi perseguidora inexistente.
Y desapareces, soledad, dejando la calidez de mi corazón, ahora sin temores. Te vas y me dejas un viento de colores vivos para recordar que no existes. No te extrañare.
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