lunes, junio 25, 2007

Mi mundo: Sombras...5° Parte

-Ahí están- me acerco sigilosamente a una multitud cerca de un risco- ¿Vez a tu hermana?
-No-la curandera se quita la capucha de la capa y busca entre las mujeres-pero veo a muchas…conocidas.
-Si, todas son conocidas-agacho la cabeza, me doy cuenta que son todas las que he querido alguna vez-todas…todas son…
-Un poquito especiales…-alguien toca mi hombro volteo y veo a una chica algo chaparrita, de cabello pintado negro, morena y de lentes.
-Tu…no eres ella-tomo su mano y la quito de mi hombro.
-Y Nueve dijo que no te darías cuenta- Ocho toma a la curandera por la capa y la arrastra un poco, los gritos son callados por los de Ocho.
-Suéltala
-No, ahora tengo una rehén dime entonces ¿Qué vas a hacer?-Ocho sonríe y saca un pequeña daga de su pantalón amenazando a la curandera- Dime algo, en tu mundo ¿Existe la muerte?
-¡Ya basta!-Seis separa a Ocho de la curandera, que corre hacia mi- Ocho todas nos vengaremos de el, no de sus “amigas”
-Si, tienes razon- Ocho suelta una carcajada helada, camina hacia mi y sin que pueda reaccionar me toma y me arroja a la multitud- Esta fuerza es la que nos das, la que les das a los recuerdos de tus “exes”.

Caigo cerca de todas, todas son familiares para mi, algunas ni siquiera existen en mi mundo, otras lo dejaron hace mucho, algunas siguen aquí, pero ahora están dominadas por el recuerdo que tengo de ellas, por el del tonto enamorado.
-Ah pero nuestro invitado de honor ya llego- Nueve me levanta del suelo me recarga en una pared de piedra y me atraviesa el estomago con una espada, dejándome clavado en la pared- Ahora dime ¿Puedes morir aquí?...no puedes, por eso te daré tu muerte en vida-Siento tanto frió, la espada, la espada me hace atormentarme desde las 10 que fueron algo, hasta las demás que solo me gustaron, todos mis errores, todas las veces que pude simplemente no sentirme atraído por alguna de ellas, y sin embargo lo hice, y todo para que no ganara nada, para que jamás me quieran para que solo me amargara mas, para que viviera encerrando todos los fracasos. Esto no dura poco, siento las horas, los días, los meses pasar, como los recuerdos de todas siguen ahí, veo los rostros de todas y los recuerdos que me traen. Aves negras vuelan sobre mi, traen en sus patas los recuerdos de cada una de ellas, todos son malos, las aves de colores no se me acercan, no hay recuerdos buenos. Veo frente a mis ojos como los hermanos Amor y Felicidad son encerrados de nuevo, esta vez en jaulas. Ahora mis sombras me quitan a ambos.
-Sufre, recuerda todo lo que te esforzaste con cada una de nosotras, recuerda cada rechazo, recuerda lo tonto que fuiste en secundaria, en preparatoria, recuerda como siempre has buscado ganarle a Soledad y como aunque le hayas ganado hace poco, los recuerdos de nosotras siguen en tu mente, en una mente tan triste como la tuya- Nueve sonríe maliciosamente.
-Sabes…-uso lo que me queda de fuerzas para hablar-soy un tonto…como puedo dar tanto por personas que nunca me querrán…ser noble, caballero, escritor y poeta son idioteces.
-Si, si lo son-Nueve sonríe y me ve con malicia- Dime ¿Ahora que harás?
-Sobrevivir…-Levanto la cabeza con mis ultimas fuerzas-sobrevivir a sufrir, y seguir sufriendo para vivir-tomo la espada por el filo, mi sangre escurre de mis manos mientras la voy sacando poco a poco

martes, junio 12, 2007

Mi mundo: Sombras...4° Parte

Descanso en un árbol el mismo en el que me encontré al de negro hace tiempo, aunque ahorita ya usa color, lo cual lo deja sin apodo, ¿Como le diré “el sujeto antes conocido como el de negro”?
-Así que te gusta mucho estar aquí- una chava de blusa roja, pantalón de mezclilla y cabello castaño y piel clara se acerca a mi, con un café en mano, como casi siempre en la realidad.
-Hola, no sabía que te iba a encontrar tan afuera de la ciudad.
- Es tu mundo, ¿Qué no deberías de saberlo? Aquí soy como tu me vez, ya hasta traigo el cabello de color rojo y tu me sigues viendo con este.
-Me gusta mas así.
-Como quieras, ¿Pero que haces aquí?
-Descansando, después de todo lo que pase.
-Si claro como yo estaba en la posada, todavía ni tenias una casa para mi en la ciudad, ósea no era importante para ti- me sonríe y camino rumbo a la ciudad.
-Claro-respiro profundo, una luz pasa enfrente de mi- ¿Una luciérnaga?- sin que vea a donde va, llega a la muchacha y entra en ella.
Me levanto y camino a la ciudad, las manos en los bolsillos la camisa abierta y moviéndose con el viento y sin decir una palabra. Cuando llego a la entrada veo otra de las luces, esta vez la sigo hasta la cabaña de las curanderas gemelas, entro en ella, una muchacha aperlada, cabello largo y oscuro, ojos cafés, lentes blancos y un lunar cerca del labio me saluda, es una de las curanderas
-Oye algo entro aquí ¿Lo viste?
-No-la curandera da un salto al escuchar como se azota la puerta de la habitación, su hermana sale y me ve con ira.
-¿Qué haces tu aquí?-Su voz se oye mas fría, se comienza a poner sus lentes negros en lo que camina hacia mi y me da una cachetada.
-¡¿Qué paso?!-le pregunta su hermana preocupada.
-Eres un cobarde, sea como sea, lo mas posible es que si te hubiera dicho que no, pero mínimo hubieras luchado-la curandera se va y antes de salir voltea hacia mi dejando notar su lunar en la oreja izquierda-mínimo hubieras luchado-después desaparece.
-¡Dime que pasa!-la curandera de lentes blancos me agarra tan fuerte que siento como si fuera un costal.
-¿¡Como voy a saber!?-me suelto de ella-esto nunca había pasado, es mi mundo yo controlo casi todo lo que pasa aquí, las personas aquí son como yo las veo a través de mis ojos-abro la puerta de salida-voy por tu hermana.
-Incluso en tu mundo…¿yo te acompañaría?
-….Si-la curandera toma a una capa larga blanca y salimos los dos.

A las afueras de la ciudad cerca de un risco se comienza a reunir una cantidad enorme de mujeres
-¿Para que nos llamaste?- una muchacha algo chaparrita de chaqueta blanca, labios rosados, ojos grandes, piel clara y cabello un poco oscuro, también que alguna vez me gusto, le habla a Nueve que esta enfrente de todas.
-¡Para que nos ayuden a herir a la persona dueña de este mundo, hacerle caer en el arrepentimiento y que recuerde el desamor, que le duela, que recuerde las heridas que tiene y las que a causado, el tiene que sufrir.

Mi mundo: Sombras...3° Parte

-Estamos cerca- Diez va atrás de Nueve, seguida por las otras siete sombras- Pienso que esto es innecesario, en la realidad el estuvo enamorado de todas nosotras, es suficiente, no necesitamos a las otras.
-Te equivocas, en algún punto de su vida, el estuvo enamorado de otras y le afectaron mas por que ellas nunca lo quisieron-en frente de nueve una niña envuelta en una capa negra la detiene con la mano
-Ustedes, deberían de estas encerradas en sus jaulas debajo de…-Nueve le sostiene el cuello-Suéltame…
-No, ¿Dónde están? ¿Dónde están las otras? Esas que no son suficientemente importantes, las que alguna vez le gustaron a el.
-No les diré…
-¡Dinos!
-Soy la primera que le gusto, una niña de hace muchos años, el me recuerda así.
-Entonces hazte a un lado-Nueve la arroja al piso- Simplemente seguiremos hacia delante.
Las diez sombras llegan a un arco negro rodeado de raíces secas, Cuatro golpea la puerta y del otro lado hay solo un lago negro.
-Este es el lago del olvido, todo lo que a tratado de hacer a un lado tiene que pasar por aquí-Cuatro se inclina a tocar el agua- esta helada, como la imagen que tiene de todos los que deja aquí.
-Así que fue inútil llegar hasta aquí, totalmente inútil ¡Te dije que era inútil, Uno!
-Tonta, saldremos por aquí.
-No sin mi- una mujer morena, alta de cabello largo, ondulado y con rayitos en el sale del lago, vestida con una túnica negra y un circulo en al espalda-solo entren al lago-ella apunta al agua y esta comienza a levantarse, una puerta de cristal esta en el piso, en ella se reflejan rostros, los de las mujeres que las diez buscan.
-Tu eres Cero y también te dicen Obsesión - Dos se acerca a la puerta-¿Por qué están sus rostros aquí?
-Son lo que buscan-Cero abre la puerta y los rostros desaparecen
-¿Que eran?- pregunta Ocho mientras se quita su túnica, dejando ver una blusa rosa y pantalón de mezclilla, pretende tomar el lugar de su imagen buena en mi mente.
-Esas luces eran las otras, poseerán a sus partes buenas y pronto tendremos un ejercito- Nueve se tapa la frente con la capucha- las que tengan una copia buena aquí, quítense sus túnicas, su ropa normal hará pensar que son esas otras, las que no tenga una copia vendrán conmigo y buscaremos a las demás.

Lejos sobre la ciudad de mi mundo las luces pasan sigilosamente entre las aves del cielo, esas aves de colores que transportan recuerdos de cada persona de mi mundo y se guardan en sus casas. Las pequeñas luces entran al pueblo, a las casas y cabañas, después a la estancia y luego a algunos castillos separados del centro de mi mundo. Invadirán a las personas que me importan, a las mujeres que alguna vez me gustaron y que no se volvieron sombras, las que sigo considerando amigas, conocidas o compañeras.