viernes, marzo 26, 2010

En primavera: El día que me inspiraste



El día que me inspiraste, el cielo se volvió de color olivo, el pasto azul y el mar celeste. Ese mismo día, las gaviotas decidieron dejar su dieta de pescado y comenzar a comer chocolate. Los niños malos se hicieron carpinteros y los buenos presidentes. Las piñas decidieron hablar y las manzanas aprendieron hebreo.

En la mañana, los gallos se quedaron afónicos de cantarle a un amanecer que no quería acabar y el sol dio un soplido a los arboles tiñéndolos de rosa. Las nubes formaron bailarinas de flamenco que cruzaron el cielo en elegante formación, siendo dirigidas por patos de cabello cano.

Los peces, confundidos por el color del pasto, lo cruzaron nadan para tomar un café en la costa. Los pavorreales fueron sus meseros, vestidos con elegantes delantales, y morsas esbeltas prepararon sus refrigerios.

Todo eso paso el día que me inspiraste escribirte un escrito de irrealidad enamorada.

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