Cinco segundos me bastaron hoy para tenerte en mi mente el resto del día. El escuchar esas pocas frases de ti fue suficiente para hacerme sonreír el camino de regreso.
Cinco segundos que eran míos y te los comparto para no robar de tu tiempo, darte algo del mío. Así, de tiempo a tiempo irte regalando más momentos para que crezca mi obsequio de regalos de aire.
Cinco segundos que valieron la pena, por ahora, por que mañana te esperan más envueltos en papel inexistente. Con ellos continuar mi búsqueda de instantes para enfocar tus bellos ojos y concentrar mi oído en escuchar tu voz.
Cinco segundos me provocaron escribirte estas pequeñas frases en desorden. Permíteme darte más de mi tiempo para hacer una obra maestra de letras que provoquen sonrisas tuyas al leerlo y poderte enamorar un poco con cada palabra, con cada frase, escrito y pensamiento dedicados a ti.
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