sábado, abril 17, 2010

En invierno: Brindo por tu recuerdo.

Cada nuevo vaso es una vieja imagen que se va, cada nuevo trago es un adiós a una sonrisa. Así, solo queda tu recuerdo, sin rostro y sin tacto, solo la calidez de unos besos que ya no se dé quien son. Olvide las caricias de las tardes y los amaneceres de otoño. Ya no hay figuras tristes, ni nombres por llorar.


Ya no hay por qué buscar caras antiguas en la oscuridad. Ya no tengo por qué extrañar mascaras bellas colgadas en la pared. Todo es oscuridad que se va con un nuevo sorbo de alcohol.

Fuerzo tu olvido para no tener por que llorarte nunca más, obligo a mi mente para ahogarse en ese recuerdo sin ti, ese que solo almacena tus caricias y besos, donde no existe tu nombre ni son tus ojos los que veo.
Con vaso en mano, le continuo escribiendo solo a la nada, porque ya me prometi no escribirte.

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