lunes, abril 10, 2006

Mi mundo:Guerra...4ª Parte

Ha que dolor…no aguanto, mis lagrimas comienzan a correr por mis mejillas. He vuelto a la realidad, deje de recordar por un momento, mi cuerpo me arde, la ira en forma de dragón tiene su garra encima de mi, no puedo escapar, estoy solo, evacue a todos los habitantes de mi mundo al castillo dorado no quiero que nadie salga herido, esto es mi mundo y yo soy el responsable de el, yo cree esta destrucción, yo debo de acabarla…
-Tonto, te has dejado dominar por mí, tu enojo te cegó, dominaremos todo este territorio, pronto cumpliremos lo que Miedo no pudo lograr…
La voz del dragón es grave, sonora y fría, no se como vencerlo, me rindo…perdí, se acabo, no puedo ganar no puedo ganar…mis lagrimas siguen frotando, y el recuerdo regresa…

He llegado a la bóveda de los recuerdo, junto con Soledad y la princesa, es un estructura enorme, cristales de color azul y celeste se elevan por los cielos formando una pirámide algo amorfa, con una puerta de madera gigante, la cual se abre y salgo yo mismo como niño.
-Sabía que vendrías, pasa solo tú…
Sigo a mi niño interior, el lugar es gigantesco, plagado de cristales pequeños en las paredes, sin embargo mi yo niño me dice que no todos están llenos.
-No por que no recuerdes algo no quiere decir que no paso…
No se que buscar o por que estoy ahí…en ese momento me congelo, regreso corriendo afuera de la bóveda…no hay nadie, Soledad escapo junto con la princesa…
-Vete rápido…
Me hierve la sangre…tengo suficientes problemas para que también haya en mi propio mundo…en mi mundo todo debería de estar bien, veo una de las aves de colores de mi mundo, la llamo y baja, rápidamente cambia de tamaño, la monto y antes que emprenda vuelo siento que algo se puso atrás de mi, pienso que es mi yo niño, al voltear me equivoco.
-Hola, Lalo
Otra de las princesas de mi mundo, de hecho comparte el nombre con la que Soledad rapto, pero no se conocen, trae un vestido morado de mangas largas, con su cabello largo despeinado, como casi siempre la veo.
-Hola
Le susurro al ave que me lleve al pueblo, ella obedece…maldita Soledad, que tonto soy me deje guiar por ella, creí que me iba a ayudar, solo me distrajo para….
-¡Cuidado!
Una flecha atraviesa una de las alas del ave, caemos en picada, siento el aire helado contra mi, me va doler, el tiempo parece detenerse, cierro los ojos, una luz me cubre a mi y a la princesa, cuando abro los ojos estoy en el piso y enfrente de mi dos mujeres, una es la guardiana de las ruinas, con su báculo con su gema roja, trae su pantalón de mezclilla y una chaqueta, mi chaqueta…a su lado hay una hechicera que me ve con frialdad, aunque nunca me ha visto con esa cara en la vida real para mi en mi mundo me la muestra mucho, cabello largo negro algo ondulado con un copete largo cubriéndole la frente…ella fue una de las diosas del templo, que tal vez nunca lo debió de ser, cuando me mira fijamente después de un rato me sonríe saludándome.
-Estuvieron cerca, ahora váyanse.
-¿No vendrán?
-Ya me escuchaste…vete
No volteo atrás, la hechicera me ha dado consejos a veces, pero…aun hay heridas, corro al lado de la princesa, cuando cruzamos la colina, mi mirada de congela, un ejercito de sombras guiadas por Soledad….pero no veo a la princesa de vestido esmeralda…

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