Cuando era pequeño solía preguntarme como es que cabe tanto amor en una persona, pues cada que veía a mi madre esforzándose para dárnoslo, tal y como lo hace todavía, me llenaba de teorías incoherentes.
Luego conocí a mi abuela, mis tías, mis primas, mis hermanas y mis amigas, descubrí que todo ese amor solo es capaz de existir en el corazón de una mujer.
Me demuestran que ellas son el significado de esta maravillosa palabra, definida por las historias de la abuelita, la protección de una mamá, los abrazos de una hermana o las caricias de una novia.
Cada vez que les escribo agradeciéndoles de su existir, se que no es suficiente.
Que daría por el amor de una mujer
Por un tesoro escondido en su silencio
Por una sonrisa más pura que el universo
Que daría por así envejecer
Este no es un día para felicitarlas, como hombre, es un día para reflexionar sobre la equidad y encontrar en cada minuto de nuestras vidas la manera de agradecerles el completar nuestra existencia.
Gracias mujeres.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario