Pasaran los días soleados de correr bajo los árboles, de abrazarte sobre el pasto y de llenarte de besos. Llegará la tarde en que tendré que escucharte cantar para saber que estas ahí, con esa melodía que seguirá llenando de ternura mi esencia.
La espuma de las olas llegara a mi cabellera y mi vista se habrá ido, las manos suplantaran a los ojos y tendré que acariciarte el rostro cada mañana para observarte sonreír, seguiré buscando tu calor en el invierno de las nubes oscuras de la vejez.
La espuma de las olas llegara a mi cabellera y mi vista se habrá ido, las manos suplantaran a los ojos y tendré que acariciarte el rostro cada mañana para observarte sonreír, seguiré buscando tu calor en el invierno de las nubes oscuras de la vejez.
Y así pasaran cien años hasta que mi cuerpo desaparezca y se vaya con el viento.
Mi corazón seguirá perteneciéndote, por que serán cien años enamorados de ti.
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