-Ahí están- me acerco sigilosamente a una multitud cerca de un risco- ¿Vez a tu hermana?
-No-la curandera se quita la capucha de la capa y busca entre las mujeres-pero veo a muchas…conocidas.
-Si, todas son conocidas-agacho la cabeza, me doy cuenta que son todas las que he querido alguna vez-todas…todas son…
-Un poquito especiales…-alguien toca mi hombro volteo y veo a una chica algo chaparrita, de cabello pintado negro, morena y de lentes.
-Tu…no eres ella-tomo su mano y la quito de mi hombro.
-Y Nueve dijo que no te darías cuenta- Ocho toma a la curandera por la capa y la arrastra un poco, los gritos son callados por los de Ocho.
-Suéltala
-No, ahora tengo una rehén dime entonces ¿Qué vas a hacer?-Ocho sonríe y saca un pequeña daga de su pantalón amenazando a la curandera- Dime algo, en tu mundo ¿Existe la muerte?
-¡Ya basta!-Seis separa a Ocho de la curandera, que corre hacia mi- Ocho todas nos vengaremos de el, no de sus “amigas”
-Si, tienes razon- Ocho suelta una carcajada helada, camina hacia mi y sin que pueda reaccionar me toma y me arroja a la multitud- Esta fuerza es la que nos das, la que les das a los recuerdos de tus “exes”.
Caigo cerca de todas, todas son familiares para mi, algunas ni siquiera existen en mi mundo, otras lo dejaron hace mucho, algunas siguen aquí, pero ahora están dominadas por el recuerdo que tengo de ellas, por el del tonto enamorado.
-Ah pero nuestro invitado de honor ya llego- Nueve me levanta del suelo me recarga en una pared de piedra y me atraviesa el estomago con una espada, dejándome clavado en la pared- Ahora dime ¿Puedes morir aquí?...no puedes, por eso te daré tu muerte en vida-Siento tanto frió, la espada, la espada me hace atormentarme desde las 10 que fueron algo, hasta las demás que solo me gustaron, todos mis errores, todas las veces que pude simplemente no sentirme atraído por alguna de ellas, y sin embargo lo hice, y todo para que no ganara nada, para que jamás me quieran para que solo me amargara mas, para que viviera encerrando todos los fracasos. Esto no dura poco, siento las horas, los días, los meses pasar, como los recuerdos de todas siguen ahí, veo los rostros de todas y los recuerdos que me traen. Aves negras vuelan sobre mi, traen en sus patas los recuerdos de cada una de ellas, todos son malos, las aves de colores no se me acercan, no hay recuerdos buenos. Veo frente a mis ojos como los hermanos Amor y Felicidad son encerrados de nuevo, esta vez en jaulas. Ahora mis sombras me quitan a ambos.
-Sufre, recuerda todo lo que te esforzaste con cada una de nosotras, recuerda cada rechazo, recuerda lo tonto que fuiste en secundaria, en preparatoria, recuerda como siempre has buscado ganarle a Soledad y como aunque le hayas ganado hace poco, los recuerdos de nosotras siguen en tu mente, en una mente tan triste como la tuya- Nueve sonríe maliciosamente.
-Sabes…-uso lo que me queda de fuerzas para hablar-soy un tonto…como puedo dar tanto por personas que nunca me querrán…ser noble, caballero, escritor y poeta son idioteces.
-Si, si lo son-Nueve sonríe y me ve con malicia- Dime ¿Ahora que harás?
-Sobrevivir…-Levanto la cabeza con mis ultimas fuerzas-sobrevivir a sufrir, y seguir sufriendo para vivir-tomo la espada por el filo, mi sangre escurre de mis manos mientras la voy sacando poco a poco
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