Historias que se ocultan entre los poros de la piel, aferradas a la carne.
A veces se deslizan con las gotas de sudor y escapan para gritar su cuento secreto a oídos atentos.
Las conocemos y decidimos apresarlas en jaulas de cristal negro, para no mirarlas. Ojos callados que te miran con ternura, rogando que escuches su canto otra vez con dulzura
Algunos relatos tristes, de amores furtivos, que escaparon con los años a través de los ríos, otros felices, apreciados entre paredes falsas siempre con la ventaja de escapar por las ventanas.
Historias silenciadas, listas para orejas hábiles. Que ellas entenderán entre palabras, tramas escondidas, ocultas en sombras.
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