
Es ahí cuando recuerdo que siempre hay una razón para cantar. No importa que no sepas, deja que tu emoción se adueñe de tu voz y canta.
Una canción que sea alegre, triste, de amor, de rencor. Desahógate con la letra musicalizada por alguien en algún lugar del mundo. Deja salir tus problemas con tu garganta y termina sonriéndole a la causa de tu canción. Por que te inspiro a la tonada.
Cántale al sol, a la vida, al desamor, a la mujer, a tu novia, a tu hermano, a tu perro o si quieres al cielo. Pero sigue esa letra, alégrate un rato deja salir los rencores, llénate del ritmo de la melodía para después explotar en un grito en la frase final.
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