En un sueño de poca claridad, pasajero y mudo, sin espacio tiempo o gusto. Camino con calma, silencio y esperanza. Esperanza de que entres a el, un instante, un fragmento de tiempo.
Y así pasas por mis sentidos, sin que pregunte por que.
Invades mi respiración, con aromas dulces de tu ser. Que me inundan de locura suave y fresca.
Llenas de gloria mis oídos con tu voz haciendo eco una infinidad de veces, centenares de ocasiones, millones de situaciones.
Luego viene mi tacto que siente tu piel, esa piel cálida que llega a ha dar sensaciones infinitas a la mía, todas ellas de alegría.
Mis labios se deleitan con la sensación de tus mejillas y quieren pedir la oportunidad de hundirse entre tus cabellos, solo un segundo, solo un instante.
Entonces, llegan a mis ojos la combinación de todas esas formas, que se juntan y mezclan en un ser de belleza única. Ahí es cuando te veo entera, completa y me doy cuenta que eres todo lo que mis sentidos me han dicho en un remolino de dicha.
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