Los ecos de los zapatos suenan en el piso de la habitación, las nueve figuras se acercan a la luz que causa la entrada rota, las nueve se han quitado sus capuchas y se miran unas a las otras.
-Somos libres, de ir a donde queramos, de hacer lo que queramos-dice la numero dos, una mujer de cabello castaño piel clara pero no blanca y lentes de contacto de color claro en sus ojos.
-Primero tendremos que diferenciarnos- la diez levanta las manos y sobre la túnica de cada una de las sombras parece su numero correspondiente-cada una nos diremos por nuestro numero y…-Diez es callada por una mano en su cuello
-Tu no das ordenes-Nueve la ve con malicia sin soltarle el cuello-nos vengaremos, nos vengaremos del que nos encerró aquí.-Nueve suelta a Diez y sonríe, de un salto llega a la superficie y es seguida por las demás-Uno, ¿Donde están las otras?
-En algún lado de esta oscuridad.
-Entonces busquémoslas, necesitaremos muchas.
Donde el sol si sale, donde los campos son verdes, donde la gente sonríe y donde todo esta en paz, es la ciudad principal de mi mundo. En el centro de la ciudad se extiende un castillo dorado, en el que residen mis familiares y mis guardianes principales, en la sima del castillo sostenida de la punta esta una dragona blanca, Esperanza, siempre atenta a lo que se aproxime. En el pueblo vive la gente que conozco, la que lleva suficiente tiempo en mi vida como para estar ahí, el resto esta en una estancia fuera de la ciudad, donde viven hasta que entran al pueblo o hasta que salen de mi mundo. El pueblo tiene un plaza principal en ella siempre hay gente paseando, son las personas con las que estoy conviviendo en el momento o en las que pienso.
-Aquí esta, te la devuelvo- le digo al estatua de San Miguel, mi ángel de la guarda, que esta enfrente de la iglesia de mi mundo- espero que me perdones si la descuide un poco-sostengo una espada con ambas manos y se la coloco a la estatua de nuevo.
Le hago un reverencia a la estatua y me voy, camino lentamente, con mucho tranquilidad, mi camisa de color azul marino es movida por el viento y yo sonrió a sentirlo en mi rostro. Camino hasta una banca en la plaza principal, me recargo y cierro los ojos, de repente escucho pasos a toda prisa hacia acá.
-¿Qué haces ahí dormidote?-Un muchacho muy alto de cabello castaño y rizado me sonríe, es mi mejor amigo en la realidad y uno de mis guardianes aqui-deberías de estar ocupando tu tiempo en otra cosa.
-Cállate, ya pasaron muchas cosas como para que no pueda descansar un rato.
-¿A dónde se fue Soledad?-pregunta el viendo hacia el cielo
-Regreso a la oscuridad de mi mundo, ahí estará encerrada hasta que….
-Pero ahora estas solo, después de que esa chica liberara a Amor…ella se fue-sonríe y cierra los ojos-mejor dicho, la echaste…
-Pero Amor ya esta libre, lo demás me tiene sin cuidado.
-Si tu lo dices-El se voltea y sigue caminando hacia su casa en mi mundo- por cierto, desde que esperanza esta ahí arriba, todo a estado muy aburrido.
-No desees problemas-cierro los ojos recargando sintiendo el viento de nuevo.
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